Una de las cosas que más rabia me da es la cantidad de lugares que me voy a perder. Sitios a los que nunca iré, rincones que no visitaré, ciudades, pueblos que para mi no van a existir… Eso me da mucha rabia, y aun me da más rabia cuando hablo con gente que se ha recorrido medio mundo y que me habla de sus viajes a sitios de ensueño como si fuera su plan de cada fin de semana. No, rectifico, no me da rabia. Me da envidia. Y según qué persona me lo cuente, me da envidia de la mala.
Yo quiero ir a Japón. Quiero dejar de conocerlo solo por los libros o los blogs que leo. Y a Costa Rica. A un hotelazo con vistas al Arenal. Como el Hotel Arenal Kioro, por ejemplo. Algo así. Quiero hacer el triangulo Thailandia –Vietnam – Camboya. Juntos o por separado. Quiero ir a Nepal. Y al Tibet. Quiero ver el palacio de Potala.
También me da rabia no tener una casa con jardín y piscina para poder hacer fiestas, meriendas y demás. Celebrar los cumples, pasar las tardes con las amigas en la zona chill out del porche mientras los niños juegan, esas cosas.
Me da rabia también no ser más lista. No, más culta. Una de esas personas que saben todas las preguntas del Trivial, que no temen caer en el quesito amarillo porque saben en que año empezó y acabó la guerra de los Cien Años ( yo solo se que en realidad no duró cien años). Aunque me considero una persona culturalmente activa, me hubiera gustado ser ese tipo que gano los cincuenta millones porque sabía de que fruta se obtiene la copra, y que encima llamó a su mujer para decirle que se llebaba la pasta antes de ganar. Adoro este video...
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